martes, 14 de noviembre de 2017

EL PROCESO DE PAZ EN COLOMBIA

Ya hace algún tiempo el gobierno Colombiano en cabeza de Juan Manuel Santos desatendió el NO del mandato popular en la votación al plebiscito por la paz, fue unilateral esta decisión y está presentando como era de esperarse consecuencias muy dramáticas para la democracia Colombiana y para la mayoría de los ciudadanos honrados que han sido la base de la estabilidad social y económica del país.

Detrás de esa manera de ejercer el poder hay una intención muy oscura de desestabilizar el país, hay una serie de acontecimientos que parecen estar cooperando por esta idea, partiendo del premio nobel de la paz que erróneamente se da en los últimos tiempos a personas que no han llevado a buen término una acción de paz, es quizás Juan Manuel Santos un ejemplo claro de esta realidad.

El gobierno se ha centrado en tomar medidas que van en detrimento de la capacidad financiera de los Colombianos, aumento de impuestos, venta de empresas del estado generadoras de recursos y empleos, apertura a la inversión extranjera sin la suficiente regulación  y tratados de libre comercio para los que el país no está preparado.  Profundización en negocios de venta de explotación de materias primas en manos de multinacionales a cambio de regalías. Medidas que no logran por sí solas generar la empresa y la riqueza que necesita el país, para lograr una estabilidad e independencia económica.

Se están incrementado las denuncias de casos de corrupción en todos los ámbitos gubernamentales haciendo que la inestabilidad institucional sea aún mayor.

El proceso de paz tal como se está llevando a cabo se ve claramente como una amenaza muy grande para el país, no aplicar la justicia a las cabecillas de la guerrilla o a los guerrilleros que cometieron delitos inimaginables y cederles poder en el escenario político es ante todo bochornoso y peligrosísimo para el futuro. Está claro que la justicia es uno de los ejes fundamentales de estabilidad de un país y una justicia que no funciona, maniatada al poder político e incapaz de tomar distancia en muy delicado para la frágil democracia Colombiana.

La labor de los senadores, ministros es lamentable, a mi modo de ver nunca han estado comprometidos con una visión del país integral y digna para sus ciudadanos, su gestión política siempre ha priorizado sus propios intereses y los intereses foráneos y  sus gestiones en la administración nunca han dado buenos resultados, es lamentable contar con políticos de esta naturaleza.

 Este sueño de paz basado en el engrandecimiento a la guerrilla,  en la falta de planificación económica, en el debilitamiento institucional y en la falta de planeación y proyección, es muy triste para quienes creemos que hay otra forma de gobernar donde la dignidad del ciudadano debe priorizarse. Ojalá contáramos con una clase política preparada y capaz de hacer frente a los retos de esta época y al gran país que representan.